Ajuste de Cuentas
Por Lic. Jorge Daniel Giacobbe – Director de Giacobbe & Asociados – @JorgeGiacobbe
Hay tres tipos de públicos que han apoyado a Alberto Fernández desde mediados de 2019, cuando Cristina Fernández lo eligió candidato a presidente.
El 35% que ella moviliza a las urnas fue el primero que lo abrazó, poco después de la noticia. La orden de la líder era clara y su gente acató la norma, convirtiendo su sorpresa en esperanza.
Luego se construyó el 13% que completa el 48% que obtuvieron en las elecciones. Un público enojado con Macri y también con Cristina, que tuvo que generar una idealización muy fuerte para elegir esa boleta. Son los ciudadanos que quisieron ver un Alberto moderado, peronista y hasta de origen liberal, que podía “balancear” la identidad tan acusada del kirchnerismo. Ese proceso se dio bien cerca de las elecciones PASO y se extendió hasta los primeros meses de gestión.
A fines de marzo del 2020, frente a un presidente que se mostraba conectado con los miedos sociales respecto del Covid19, haciendo un esfuerzo para juntar las cabezas del sistema político y operando la realidad con datos, se sumó otro 20% que escaló su imagen positiva hasta 68%.
El presidente parece no haber aprendido nada de los atributos de identidad que cada uno de esos públicos le asignó. Entonces comenzó a desconectarse de los últimos dos. La reactividad frente al dolor económico y los escenarios de angustia. La impulsión de ideas como la liberación de los presos, Vicentin, la reforma judicial y demás provocaron el alejamiento del 20% y el 13% descriptos.
Lejos de establecer un plan para recuperarlos, Alberto Fernández profundiza el plan de mostrarse afable con el kirchnerista duro a quién, por más que intente seducir, nunca podrá alejar de Cristina. Le queda hoy un núcleo duro pero prestado.
En este momento vuelve a tener menos positiva que “la jefa”. Aunque todavía tiene menos negativa.
64.4% de los argentinos indican que se sienten “nada protegidos” por el Estado. Este dato resulta absolutamente contundente. Aquellos que se sienten “muy” y “algo” protegidos suman 35%, que se acerca mucho al número que realmente creo que mide el kirchnerismo a nivel nacional.
65.5% indican que el caso de las vacunas VIP es un escándalo total, frente a 28% que relativiza o niega la importancia del asunto.
El evento escandalizó a una sociedad que ya estaba escandalizada (Alberto perdió apenas 2% de imagen positiva). La prensa y el análisis político suele decir que esta es la peor crisis del gobierno de Alberto, pero no es así. Antes de eso había perdido 42% de imagen positiva, es decir, que la crisis viene de antes.
Y se llevó puesto un ministro altamente reconocido como técnico, y aún así en la sociedad quedó sabor a poco. Cuando la sociedad argentina pide “sangre” política, la busca incansablemente hasta que la encuentra.
75.7% de los encuestados considera que deberían renunciar todos los vacunados irregularmente. 63.1% cree que debería renunciar la recién estrenada ministra Carla Vizzotti. 58.6% pide también la cabeza del Jefe de Gabinete, y un numero parecido para el Director del Hospital Posadas.
En cambio, la mayor parte de los argentinos recorta al presidente en el esquema de las culpabilidades. Únicamente el 36.4% cree que debería renunciar al cargo por la crisis de las vacunas VIP.
La sociedad argentina, enojada y frustrada, encara un año de elecciones. A lo largo de la historia no ha habido evento más maravilloso que el voto para ajustar cuentas.
Otro gran informe de Giacobbe
Espero que las próximas elecciones pongan justicia y definan otro futuro de pais que espero …que no sea kichnerista ni Macrista….eso ya esta claro que no sirve.