Cómo evitar el estrés de la ‘vuelta al cole’
Comenzó la cuenta regresiva para volver a las aulas. En nuestra provincia, el lunes 10 se inician las actividades en la mayoría de las escuelas (ver aparte).
Tras casi dos meses en los que para la mayoría quedaron atrás los libros, carpetas, mochilas y tableros, ahora hay que tomar conciencia que el “tiempo pasa rápido” y en menos de lo que esperamos estaremos nuevamente ingresando a la escuela.
Si bien el “llamado de la campana” es para los alumnos, es evidente que son los padres quienes “sufren” un verdadero estrés del comienzo del ciclo lectivo.
Normalmente, tras la vacaciones, se deben afrontar conjuntamente la vuelta al trabajo con la vuelta al período escolar de sus hijos. Ambas circunstancias conllevan responsabilidades “prioritarias” en la mayoría de los casos y “urgentes” en muchos otros, provocando todo ello una “insalvable” situación de estrés individual e, incluso, en la unidad familiar.
Empeorado por la crisis económica, la incertidumbre de un año que se inicia en todos los ordenes, la posibilidad siempre abierta de los paros docentes, y sobre todo con el agravante de tener que motivar a los “chicos”, los padres tiene el peso de hacer de este proceso de la “vuelta al cole” algo “mas o menos normal”.
Es importante pensar en eso ya que con previsión y paciencia podemos conseguir que volver a las clases no provoque estrés escolar en los niños y alejar así el riesgo de miedo o inseguridad en los menores.
La depresión en niños y adolescentes no suele evidenciarse a través de la tristeza sino a partir de actitudes irritables y agresivas.
La vuelta al cole, en definitiva, es un buen momento para potenciar la comunicación con los hijos así como para estar atentos a la prevención de lesiones derivadas por la carga de las mochilas.
Mitin ofrece en esta nota, una serie de consejos y “tips” para llegar a las aulas y no morir en el intento.
Menos WhatsApp
La red social “whatsapp” es una herramienta de comunicación muy beneficiosa, pero solo si se la usa bien. Por eso es importante darle una atención relativa.
Muchas veces los “chat” o “grupos” de padres, aumentan la ansiedad, generan malos entendidos y mal predisponen al comienza de clases. Los “papis” del whatsapp, suelen no tener información precisa u oficial, pero igualmente la difunden.
“Un conocido”, o “la amiga de una docente que trabaja en tal escuela”, o incluso “la seño del año pasado” son fuentes dudosas a la hora de saber que va a pasar este año en el inicio de clases.
Por eso es importante “evitar sumarse a cadenas de mensajes no confirmadas”. Lo mejor es recurrir a la institución y consultar, y en caso de no encontrar una respuesta satisfactoria
(hay que tener en cuenta que muchas veces los docentes son los últimos en enterarse de las nuevas directivas o modalidades) pedir un numero o sitio de consulta oficial.
Acerca de la relación con el colegio, ayuda mucho acudir a la secretaría o dirección para conocer quienes serán los profesores de nuestros hijos y preguntar sobre cómo va a ser el curso es positivo para los padres y también para los niños que ven cómo sus padres se implican y se preocupan por su bienestar y por su progreso educativo.
En positivo
Por mucho que nos cueste debemos mostrar una actitud alegre hacia la escuela, y de esta manera contagiar a los niños de entusiasmo. Recordarles que vuelven a jugar con sus amigos, muchos de los cuales no han visto durante el verano y van a pasarlo muy bien con sus compañeros de clase. Además, los padres tienen que estar tranquilos porque si ellos se estresan, los niños también.
Tan importante como la comunicación con la institución, es la comunicación y el diálogo con nuestros niños y adolescentes en edad escolar.
Los padres deben hablar con sus hijos y saber cómo se sienten en el colegio. Es un hábito muy enriquecedor, que no sólo mejora la relación paterno-filial, sino que ayuda a detectar los cambios del niño si está sufriendo algún tipo de dificultad de adaptación. Escuchar a los hijos con atención refuerza su autoestima ya que sienten que lo que tienen que decir es importante para sus padres y la autoestima es inversamente proporcional al estrés, es decir, a mayor autoestima menor estrés y viceversa.
Debemos saber organizarnos antes que la fecha de inicio nos ponga en apuros y comencemos a exigirnos a nosotros y a los chicos, cosas para ponernos “al día”. Hay que tener en cuenta que a lo largo del verano se olvidan muchos de los conceptos adquiridos durante el curso y hay que refrescarlos. Al inicio del curso hay que tener paciencia y ayudar a los niños a recordar aquello que ya saben para poder seguir aprendiendo cosas nuevas. El nivel de exigencia no debe asfixiar a los menores.
Sobre este tema, no hay que tener dudas y es mejor buscar una ayuda profesional. Adaptarse a una nueva situación puede provocar inseguridad durante un periodo de tiempo. Sin embargo, hay niños que sufren síntomas graves de estrés, como irritabilidad, tristeza, angustia, diarrea o estreñimiento, por lo que hay que estar atentos a los cambios del menor porque si es así hay que acudir a un profesional para que le ayude en la adaptación.
La rutina
Es importante empezar a introducir rutinas antes del inicio de las clases: Los cambios bruscos son estresantes tanto para los adultos como para los niños por lo que pasar de unas vacaciones sin horarios a las rutinas escolares debe hacerse paulatinamente. Así, a ser posible, los niños pueden empezar a poner el despertador para levantarse a una hora fija antes de que empiecen las clases y realizar algunos ejercicios a modo de repaso para que el regreso a clase sea más suave.
En este sentido hay que tener en cuenta que los niños pasan en clase un mínimo de cinco horas y luego tienen que realizar tareas y estudiar durante una o dos horas más por lo que las actividades extraescolares han de ser motivadoras. Deben gustarle y acudir con agrado. Los niños tienen que tener tiempo para el juego libre con sus amigos.
Por eso el descanso es mas que importante. Los niños deben descansar las horas necesarias. Según las edades las horas de sueño oscilan entre las diez y las ocho horas por lo que han de adquirir las rutinas de sueño apropiadas que les ayudarán a mantenerse despiertos y atentos durante las clases.
Además, sería conveniente pensar en un plan para “el desayuno” o el “almuerzo” según sea el horario de ingreso a clases. Buscar un “menú fácil pero completo” que les aporte la energía necesaria para rendir en el colegio. Los niños con carencias de vitaminas pueden sufrir problemas de concentración durante las horas de estudio.
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