Como salir de la cuarentena con más cuarentena
El laberinto económico
El dato es claro, frío y contundente: el PBI de Argentina retrocedió un histórico 19,1 por ciento interanual en el segundo trimestre del año.
Seis meses en los cales los peores pronósticos al día de hoy nos parecen que habrían sido casi alentadores.
Dos trimestres de nulas acciones económicas, ineficacia financiera y de improvisación; todo esto en un contexto terrorífico como la Pandemia del Covid-19.
Los datos del Producto Bruto Interno se pueden extraer del último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y se podrían sintetizar en una frase: estamos peor que en la crisis del 2001.
Los datos de la macroeconomía expresan una caída superior al -16,3% interanual registrado en el primer trimestre de 2002. En esa época se había puesto fin a la convertibilidad «un peso un dólar» y las medidas económicas de tipo restrictivas comenzaban a ser inquietantemente parecidas a las que hoy se observan.
Las palabras clave de hace casi dos décadas atrás eran: bajas reservas del BCRA, fuga de dólares, mercado paralelo, y finalmente «corralito».
Desde que el país adopto allá por el 1900 un sistema financiero que pretendió estar a la altura de una economía moderna, Argentina no tiene estos datos tan preocupantes.
Ninguna comparación, ni inter anual, ni semestral o incluso trimestral, dan a favor de la actual administración.
El PBI también marcó una caída en el segundo trimestre en la comparación con el período anterior. Entre abril y junio cayó 16,2% respecto del primer trimestre de 2020.
El país va cursando el segundo tramo del 2020, con una racha de 3 años de números malos.
La baja de actividad fue superior a la de crisis anteriores, como el -6,2% del primer trimestre de 2002 respecto del último de 2001, del -4,7% del cuarto trimestre de 2008, y el -4,8% del primer trimestre de 2020.
Los 16 sectores de actividad que tiene en cuenta el INDEC para elaborar sus informes disminuyeron su producción en el segundo trimestre respecto del mismo período del año pasado. Los más afectados fueron los hoteles y restaurantes (-73,4% interanual); pero dadas las perspectivas (negativas) que generan las restricciones, nada hace suponer que en la temporada de verano repuntarán de manera «salvadora».
La consultora Ecolatina analizó el fenómeno: La clave está en la cuarentena: las restricciones a la oferta y su golpe sobre la demanda desplomaron la actividad económica en el segundo trimestre de 2020. Si bien los efectos fueron inducidos, no por eso fueron menos reales. Resalta el deterioro de todos los indicadores de la economía real entre abril y junio de este año».
En medio de esta mar de «números rojos» es muy difícil expresar una opinión o análisis alentador porque a diferencia del apotegma que define la economía liberal: «para potenciar un mercado libre se requiera mayor libertad»; en términos de la actual gestión de gobierno se podrían definir: «ante los problemas de la cuarentena, mas cuarentena».
Así, desde el pasado 20 de marzo cuando se inició la única medida clara del gobierno de Alberto y Cristina Fernández (las restricciones a las libertades) la única opción que maneja es seguir con el modelo de economía cerrada. Emisión, presión fiscal a sectores productivos, pero sobre todo restricción a las libertades.
Eduardo Fracchia, economista del IAE de la Universidad Austral, lo dice claramente: «Argentina enfrenta la crisis actual sin recursos tras una década muy mala. Salió de las crisis más importantes de la democracia en 1989 y 2002 con más capitalismo. El riesgo de que el ‘canto de sirenas’ nos lleve a un modelo más estatista, dirigista con mucha presión impositiva existe dada la ideología del oficialismo».
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