Las bacterias más comunes en el agua y cómo eliminarlas
Existen más de 80 contaminantes presentes de forma habitual en el agua que representan un riesgo significativo para nuestra salud. Contaminantes microbianos como agentes patógenos y bacterias que pueden pasar desapercibidos por nuestros sentidos.
Otros contaminantes orgánicos como los fertilizantes o los metales pesados también son difíciles de detectar. La población puede tardar meses en detectar la contaminación del agua. Por lo general, el problema sólo sale a la luz cuando aparecen los primeros casos de enfermedades.
En muchas ocasiones un tratamiento de legionella suele ser efectivo, ya que es la bacteria más común. No obstante, hay muchas más.
¿QUÉ SON LAS BACTERIAS?
Las bacterias son microorganismos que conviven con los seres humanos en su ambiente, e incluso en grandes cantidades en el interior de su cuerpo (lo que llamamos flora microbiota). Sin embargo, algunas de ellas pueden causar serias enfermedades, como neumonía, faringitis, gastroenteritis y muchas más.
Estos microorganismos que pueden ser perjudiciales, comprenden bacterias, virus, hongos y parásitos a aquellos que pueden causarnos enfermedad, y se les engloba con el término “patógenos”.
Como parte de nuestro entorno, el agua también contiene millones de bacterias, incluida el agua potable. Aunque las ciudades y pueblos cuentan con sistemas de tratamiento de aguas, ni siquiera los más sofisticados están totalmente a salvo de patógenos dañinos.
BACTERIAS HABITUALES EN EL AGUA
Como sucede en el caso de los alimentos, las bacterias en el agua, así como otros microorganismos, incluyendo los que nos pueden resultar dañinos, son más habituales de lo que pensamos, por lo que los ingerimos sin saberlo.
Los efectos en la salud pueden ir desde gastroenteritis leve hasta diarrea severa y en ocasiones graves. En algunos casos pueden ser mortales. Otros efectos pueden ser la disentería, hepatitis y fiebre tifoidea, aunque en pequeñas cantidades nos resultan inocuos, o a veces, como mucho, podemos notar cierto malestar temporal que habitualmente ni siquiera llegamos a relacionar con esta ingesta.
La fuente de contaminación más habitual de las aguas son los excrementos humanos y animales infectados, como ocurrió en el caso de Arinsal (Andorra), aunque también pueden ser fuente de transmisión otras fuentes y vías de exposición, como el agua misma o el suelo, que pueden ser caldo de cultivo de bacterias como la Legionella, Burkholderia pseudomallei y micobacterias atípicas.
Las bacterias más comunes suelen ser: Escherichia coli, Campylobacter jejuni, Shigella, Salmonella, Legionella pneumophila, pseudomonas aeruginosa. No obstante, existen otras bacterias como Enterobacter, Leptospira, Micobacteria o Staphylococcus Aureus, que son menos habituales, pero también se transmiten a través del agua.
Como ves, son muchas las bacterias que pueden contaminar el agua, por lo que debemos tener cuidado y detectar las bacterias en el agua potable cuanto antes.
¿CÓMO ELIMINAR LAS BACTERIAS DEL AGUA?
Existen unos sencillos pasos que se pueden aplicar para asegurar un agua libre de contaminantes comunes.
El filtro de carbono utiliza piezas de carbono extremadamente permeables para eliminar las toxinas orgánicas del agua, absorbiendo impurezas como pesticidas, sustancias químicas, e incluso metales pesados como el plomo.
Sin embargo, el filtro de carbono no resulta un método eficaz para eliminar bacterias, virus y patógenos presentes en el agua.
El método de filtrado más eficaz disponible en el mercado es la Ósmosis inversa, que elimina todas las partículas disueltas del agua, desde nitratos y pesticidas hasta metales y minerales empujando el agua a través de un micro filtro. El inconveniente de la ósmosis inversa es que también elimina minerales beneficiosos, lo que puede afectar también al sabor.
Si no utilizas un filtro de agua y tienes la sospecha que tu agua puede estar contaminada, es fundamental que te pongas en contacto con tu municipio, o tu empresa de suministro municipal de agua para solicitar los análisis del agua de tu zona.
Como ves, es importante tener un control sobre la contaminación del agua para evitar futuros problemas. En el caso de sospechas siempre es bueno acudir a profesionales para que realicen el tratamiento de agua oportuno.
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