3 discos 3
3 discos 3
Esta primavera viene cargada
Leonardo Luna Montenegro
INTRO
Llega la primavera, épocas de vida al aire libre. Llegan las mañanas de sol pleno, asoman lánguidas tardes primaverales, eternas noches con amigos, (amigues), (amiguis), (amixs), (amgs). Siempre nos autobrindamos un momento en el que entramos en modo relax, o en modo avión, como se estila en estos vibrantes tiempos de smartphones, celulares de todo tipo, redes sociales y etcs.; ocasionalmente, elegimos algo para escuchar de fondo mientras hacemos nuestras cotidianeidades, tales como limpiar el piso, peinar al gato o cuidar el potus, que, por cierto, y a propósito de este último, merece el mayor de los cuidados habida cuenta de la proliferación de amenazas a su integridad (¿). Es entonces que debemos dejarnos levitar, dejarnos columpiar, surfear, bucear en los oleajes de la opción musical, la rítmica, las melodías y las canciones, de esas que se dejan degustar lentamente, músicas que nos esperan allí, escondidas, agazapadas, esperándote, (si, a vos, a vos te esperan), listas para hipnotizarte y elevarte por sobre esta superficie terrestre, anodina y sinsentido en ocasiones, de este pequeño planeta azul que flota solitario en un Universo en expansión (viejos recuerdos del Big Bang). Como sabemos de las velocidades vertiginosas de estos agitados tiempos, decidimos, en un acto de solidaridad desinteresado, ahorrarles tediosas búsquedas y ofrecerles a continuación algunas sugerencias en formato CD’s. Habrá quienes tienen por costumbre citar frases populares para engalanar sus charlas habituales – frases como “no hay mal que por bien no venga” o “siempre que llovió, paró”, quizá para demostrar cierta erudición callejera o vaya uno a saber qué valor le asignarán, lo cierto es que siempre suenan como muletilla un tanto snob -, y aquella frase de “sobre gustos no hay nada escrito” nunca estuvo más desacertada que en esta ocasión. No solo hay mucho escrito sobre gustos, sino que siempre surgirá la novedad, algo llamativo, un hecho creativo, algo superador, aunque (también es posible) alguien bien podría re-escribir todo lo anterior de otra manera, en sus opuestos, especie de antípodas tempo-espacial, con consecuencias indetectables en lo inmediato, pero quizás letal durante el transcurso del tiempo; vaya como ejemplo consabido la creencia de que la tierra era (¿es?) plana, idea que no solo tiene adherentes, sino que existen todo tipo de encuentros, debates, ferias, lugares donde, obviamente, se encuentran los terraplanistas de los más variados colores, en fin, gente simpática y, hasta el momento, inofensiva. Volviendo al punto, existe un dicho en el mundo de las cryptomonedas resumido en las siglas DYOR : Do Your Own Research, que sería algo así como: no debes confiar en una sola fuente de información, sino buscar mas allá, hacerlo por tu propia cuenta, sin que nadie dirija tu atención hacia uno u otro aspecto del tema en cuestión, algo similar a lo que, no sin grandes obstáculos, quisiera uno lograr al intentar reseñar discos, como es en esta oportunidad. Por lo que la primigenia invitación desde estas columnas sería: sáquese la telaraña del cerebro, úselo, ponga play a los CD’s, y abra todos sus sentidos que para eso se los dio Tata Dios.
PERIODISMO GONZO
El gran y único Hunter S. Thompson (1937–2005), periodista free-lance, un poco alocado – quizás les resulte familiar por la película que protagonizaron Johnny Depp y Benicio del Toro “Pánico y locura en Las Vegas” (1998), dirigida por el Monty Python Terry Gilliam -, fue enviado en una oportunidad a cubrir el gran clásico norteamericano de las carreras de caballos, el Kentucky Derby, y cuya nota fue titulada: ”El derby de Kentucky es decadente y depravado”, en el que el relato, desarrollado de manera caótica, pleno de subjetividades, redactado bajo los efectos de ciertas sustancias que en los ’70s estaban en pleno auge, sumado al consumo etílico en todos los formatos, observa y describe cuestiones conexas al evento deportivo en sí, como la celebración adyacente, la embriaguez y lascivia de los asistentes, la atmosfera libertina del evento, en definitiva, logra una descripción bastante acertada, pero no de la carrera ni de los caballos. Así comienza una forma de hacer periodismo que fue bautizado “Gonzo” por un tal Cardoso de oficio Editor de algún periódico, aunque también se lo describió como Periodismo Bizarro. Aparentemente el término “gonzo” provendría de alguna jerga irlandesa referido a quienes participaban de una maratón de consumo etílico, y el último hombre que quedaba en pie era llamado gonzo. El periodismo gonzo tambien tiene su símbolo, un ícono constituido por un puño de color rojo, con dos pulgares sosteniendo un peyote. Desde las páginas creativas de la revista Rolling Stone de la década del ’70 fueron publicándose este tipo de relatos cuyos autores cobraron notoriedad rápidamente, aunque Periodismo Gonzo se trata de un genero unipersonal, imposible de igualar o imitar, en este caso, surgido de la vida misma del alocado Hunter quien termino voluntariamente de existir disparándose en la cabeza con una de sus queridas armas de fuego en Woody Creek, Colorado, EEUU, a sus 67 años, y cuyas cenizas fueron disparadas por un cañón con forma del puño de dos pulgares en un evento millonario absolutamente privado financiado por el mismo Johnny Depp. Surgido a partir del llamado Nuevo Periodismo norteamericano de la década del 60’ con su estilo vanguardista de redacción libre que echaba mano a recursos literarios y privilegiaba la subjetividad para relatar todo tipo de hechos periodísticos, entre sus filas descollaban plumas de la talla de Tom Wolfe, Norman Mailer, Truman Capote y, si se quiere, Rodolfo Walsh y Tomas Eloy Martínez. Siempre surge algo novedoso, en todos los ámbitos, en todas las áreas. ¿Será, este pretencioso texto, un ejemplo de ello?. Chi lo sa (quien sabe).
RESEÑA MUSICAL
A continuación, para todos ustedes, querido público lector / melómano, para ustedes, estimados amigos, (amigues), (amiguis), (amixs), (amgs), aquí va la reseña de 3 discos 3, no sin antes deslindar responsabilidades por si quedan disconformes con este acto solidario y desinteresado o con algunos de sus contenidos, aunque bien podría ser una opción válida colocar todos los aparatos tecnológicos en OFF, olvidarse de todo por un rato, elegirse una buen abrigo por las dudas, y salir a la vida, allí, donde todo sucede, a callejear, a perderse en la ciudad, en sus playas, en sus arrabales, en sus cafés, en sus restaurantes, a esquivar perros y charcos, a saludar extraños, aunque no tan extraños… porque no?. Esperemos sirva de algo.
Disco 1. RHYTHM KINGS * Struttin our stuff * 1997
The Rolling Stones sigue saltando por los escenarios del mundo a pesar del peso de las décadas que llevan con los “uhh yeah” y algo de que no consiguen satisfacción. Aunque cada uno de sus integrantes ha publicado trabajos por fuera del inmenso mundo de la lengua stone, este trabajo grupal del bajista original stone Bill Wyman (1936), de nombre real William George Perks, rodeado de una banda de forajidos del pentagrama bien entrados en canas, al igual que el viejo y estático Bill, nos lleva a lo mejor y más excelente del más tradicional y puro rhythm and blues. Solo para resumir la cronología que nos atañe: Wyman deja los Rolling Stones en 1994, en parte por su fobia a viajar en aviones en esas giras interminables, en parte por su postura acerca de la elección del repertorio de los Stones que solo aceptaban canciones compuestas por Jagger / Richards, por lo que en 1995 forma los Rhythm Kings formación que incluye no solo músicos de excelencia, sino también de viejos amigos de ruta, contemporáneos del viejo Bill en giras, grabaciones, teatros, estadios, canas y, porque no, divorcios. Si el disco goza de gran calidad tanto en elección de temas clásicos como en la calidad (y calidez) de músicos invitados, esperen a ver alguna de sus presentaciones en vivo, ya que allí reside la verdadera fortaleza de estos profesionales del ritmo que tienen el poder y la experiencia suficiente para transformar cada escenario en un encuentro colectivo de verdadero espíritu festivo animado por el más puro rhythm and blues, ese que invita al baile, al goce y al esperanzador encuentro con música de la buena (buenísima) en vivo. Eso sí, Bill Wyman, como siempre, de pocos movimientos corporales, salvo los dedos sobre las cuerdas de su bajo. La sección de vientos, imprescindible para estos ritmos, además de excelente calidad, ofrecen coreografías, algo que siempre agradece el espectador de shows en vivo, ya que no solo le aporta un detalle visual pintoresco al escenario sino que demuestra que ellos también disfrutan con nosotros y están pasando un buen momento; al igual que las coristas (o coreutas?) de voces complementarias perfectas y algún que otro movimiento acertado – cómo no recordar aquí a las jamaiquinas coristas de Bob Marley o los dos frenéticos bailarines de Amy Winehouse – . “Green River” (1969) de Creedence Clearwater Revival, es uno de esos clásicos que dan ganas de acodarse en alguna barra de bar dejándose mecer por el cadencioso ritmo que eligio Wyman y su grupo para reversionar, bailado por generaciones de blue jeans y botas texanas alucinando Ruta 66, bares de bajos ambientes propicios para alguna efímera conquista amorosa o para una feroz pelea espontanea de jugadores de pool embriagados de testosterona, pero la versión junto a Albert Lee y Peter Frampton es emocionalmente acertada, se nota la experiencia, el gusto, el pequeño toque de veteranos. Mención aparte merece el simpático pianista Mike Sanchez, ataviado con coloridas y alegres camisas floreadas que nos trae a la memoria el pumpin’ piano de Jerry Lee Lewis y, porque no, a los Stray Cats rockeando la ciudad, sus “muchas gracias” en español suena un poco gracioso pero no viene al caso.
Disco 2. BUIKA * Mi niña Lola * 2006
De familia exiliada de Guinea Ecuatorial, padre político y escritor, criada en Palma de Mallorca (España), rodeada de comunidad gitana, María Concepción Balboa Buika (11-mayo-1972), inevitablemente fue atrapada por las garras poderosas del flamenco como expresión artística aunque también como método de supervivencia. Primer disco en 2000 y una carrera ascendente hasta los premios Grammys, colaboraciones con Nelly Furtado, Carlos Santana (cantando en idioma yoruba, lengua africana de los alrededores del rio Níger, de gran influencia entre los esclavos llegados a Brasil y Cuba), disco homenaje a Chavela Vargas y Bebo Valdés, invitada por Chick Corea al afamado club de jazz de New York “Blue Note”, si hasta Pedro Almodóvar eligió su música para la película “La piel que habito”. De sabrosona voz, simpatía y calidez arrolladora, de sonrisa a flor de piel, actitud un rebeldona, llama la atención a primera impresión, por su españolísima manera de hablar que contrasta con su color de piel y sus evidentes orígenes africanos, interpretando principalmente el flamenco, pero que no presenta inconveniente alguno en adentrarse en el jazz, el tango o los boleros. Radicada en Miami, los españoles le perdieron el rastro y la dejaron en olvido; le preguntan al respecto, si le duele no ser profeta en su tierra, a lo que responde “España es mucho de la tele, y lo que no sale en la tele, no existe; no tengo necesidad de aprobación, me apruebo yo, que ya es mucho, una vez aprendes eso, el resto te la suda”. Y para los Polinos de la vida, va otra declaración de Buika más personal e íntima: había contado, hace unos 15 años, que estaba en unión con un hombre y con una mujer, relación de unos 4 o 5 años, le preguntan si la confesión había sido un hecho valiente o suicida, Buika responde: “sincera, en España somos muy folladores y juerguistas”. En otra oportunidad, le preguntan si está casada: – “No – contesta nuestra estrella morena – no practico deportes de riesgo” -. A primer contacto con el flamenco nos sobreviene algún tipo de mensaje que proviene del fondo de los tiempos, desde el Siglo XV, por ejemplo, cuando los gitanos arriban a la península ibérica, o de los Siglos XVI – XVII, cuando logran establecerse en Andalucía, luego de un largo periplo originado en la India, pero, si se le agrega, a este explosivo coctel, la sensualidad de una mujer africana de 50 años que escribe historias de mujeres difíciles -la canción “Jodida pero contenta” es un ejemplo – el resultado siempre será positivo. Para mayor presentación de sus pensamientos, y hablando de mujeres, Buika es una de las tantas artistas que, alrededor del mundo, apoyan la causa “Ni una menos”, dejando en evidencia su compromiso en cada oportunidad que se le presenta para denunciar toda situación de violencia de género. Adéntrese entonces, si gusta, en el mundo de los cantes y bulerías como si se tratara de un antiguo ritual pagano, y si se habla de coplas flamencas, no olvidemos aquel refrán: “hasta que el pueblo las canta, coplas no son, y cuando las canta el pueblo, ya nadie sabe el autor”. Ponga play, déjese llevar llevar y OLE!
Disco 3. PACO DE LUCIA * Canción andaluza * 2014
Ay Paco, Paco, que clase de embrujo gitano proviene de tus manos, de tus dedos, de esas cuerdas de guitarra que nos hablan desde tus profundidades abismales. Nunca te iras de nuestro lado Paco, siempre regresa tu presencia viva, en cada grabación, en cada imagen tuya Paco, mira, Paco, escúchame, que por todos los santos de los que ya sabemos, solo quisiera poder preguntar, con el debido respeto, tu sabes Paco, es que me intriga Paco, me intriga mucho, yo no le temo a la muerte Paco, de verdad Paco, no le temo a la muerte, pero no me gustan las sorpresas, no me gustan Paco, desde que vi a mi tía desnuda no soporto las sorpresas, es así Paco, fobia le tengo a las sorpresas, imagínate Paco, mi tía, la Maricarmen, desnuda, así, sin más, a su edad Paco, y con esos kilos a cuestas, dio mío!!, así que se me ocurrió preguntarte, Paco, porque me intriga mucho, muchísimo, sabes Paco, te lo pregunto directamente y ya: “ – Paco : – Te lo has cruzao a Camarón?”. En fin, cada cual tiene sus dudas existenciales. Pero si Ud. es más terrenal, y desea adentrarse en el mundo flamenco y, sobre todo, en la guitarra flamenca, bien podría sugerirle este material del gran Francisco Sanchez Gomez (1947 – 2014) más conocido como Paco de Lucía, nacido en la ciudad andaluza de Algeciras (España), en barrio gitano, lugar de muchos Pacos y muchos Pepes por lo que, para identificarlo, le llamaban Paquito el de la portuguesa, Paquito el hijo de Lucía. De familia de músicos, padre guitarrista aficionado, decide iniciarlo a los 6 años en la guitarra, siendo un poco regordete de niño y un poco tímido, se sentía cómodo detrás del instrumento, como escondido de la mirada ajena. A los 12 años ya emprendía viaje a New York con un ballet, tocando guitarra en los entretiempos mientras el resto hacia cambio de vestuario, y sin saber leer o escribir música, tiempo después llega a ser considerado uno de los más grandes guitarristas, y no solo de flamenco. Amante de la vida de mar, deja su actividad musical por varios años para construir un hogar en la Riviera Maya y poder disfrutar del mar Caribe, recalando tiempo después en Mallorca, en el mar Mediterráneo, siempre buscando paz y tranquilidad para él, su familia y, por supuesto, su arte. Este disco, grabado en el estudio de grabación en su propia casa, fue su último trabajo, por lo que tiene quizás, un significado especial, y aunque fue reconocido con un Latin Grammy como mejor álbum del año, el gran Paco ya no estaba en este mundo terrenal para agradecer los aplausos con su sencillez de siempre. Un pequeño detalle de la grabación, contado por su técnico de sonido: descubrió que un sonido extraño provenía del interior de la guitarra de Paco, como si se le hubiera caído algo dentro, cuando le preguntó de qué se trataba ese ruido, Paco conto que un chaman de México le dejo una cola de serpiente cascabel dentro de la guitarra y le aseguró que le iba a dar mayor sonoridad. Paco de Lucía nos sumerge profundamente en sus propias raíces por intermedio de las seis cuerdas, pero cuando, en una noche de juerga, se unieron esos dos grandes planetas como lo fueron él y el todopoderoso José Monje Cruz o más bien, Camarón de la Isla, nada fue lo mismo para el flamenco. Déjese llevar, una vez más, por lo maravilloso de la buena música, de los grandes o pequeños artistas del pentagrama, quizás reconforte su alma, si es que necesita consuelo por algún pesar, o, quizás, algo le haga mover lentamente la piernita, hasta que se sorprenda bailando, mirándose al espejo, con un micrófono ficticio, mientras su gato espera sus cuidados o el potus anuncie que necesita hidratación urgente. Por hoy, es suficiente; estos 3 discos 3 bien pueden alegrar y/o acompañar en esta primavera que ya asoma radiante, y, porque no, hasta puede llegar a ser la banda de sonido de su propia y personal película. De todas maneras, Hunter se fue.
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