La importancia de la LIbertad de expresion
Por Karin Silvina HIebaum
Entrevista a Alberto Amorosino
Un vistazo al panorama de los medios de comunicación muestra un cuadro variopinto: la oferta abarca desde las noticias diarias hasta la difusión de cotilleos. Lo que se produce es lo que se puede vender en el mercado. El contenido de los medios de comunicación no lo determina el Estado, sino en última instancia la audiencia, porque a la larga sólo se produce lo que vende. Cada cual puede decidir por sí mismo lo que lee, oye o ve. Pueden informarse sobre la actualidad, pero no tienen por qué hacerlo. En su lugar, pueden ver programas de entretenimiento o cambiar a vídeos musicales.
Esta situación está protegida por el derecho fundamental a la libertad de prensa y radiodifusión, que figura en el artículo 5 de la Ley Fundamental. Protege la producción y difusión de los medios de comunicación en general frente a las injerencias del Estado y, en especial, frente a aquellas que les impidan desempeñar su «función pública».
Los medios de comunicación cumplen su «tarea pública» participando en la formación libre, individual y pública de la opinión, procurando y difundiendo noticias sobre asuntos de importancia general, así como la información que todo individuo necesita para encontrar su camino en la sociedad. El «mandato de programación» para los servicios públicos de radiodifusión es especialmente amplio (véase p. 29).
El núcleo de la tarea pública es la participación de los medios de comunicación en la formación de la opinión política. Para llevar a cabo esta tarea, los medios de comunicación libres son un componente indispensable de toda democracia liberal. El funcionamiento de una democracia, en la que todo el poder del Estado emana del pueblo (apartado 2 del artículo 20 de la Ley Fundamental), presupone que sus miembros dispongan de la información necesaria para formarse su propia opinión sobre todas las cuestiones políticas de manera racional. En su mayoría, sólo pueden obtener esta información de los medios de comunicación. Por tanto, su tarea consiste sobre todo en procurarse, seleccionar y recopilar la información necesaria y, si es preciso, comentarla críticamente de manera que su público pueda comprenderla y formarse su propia opinión. De este modo, los medios de comunicación establecen al mismo tiempo un vínculo entre el pueblo y sus representantes electos: los parlamentarios y el gobierno se enteran por los medios de comunicación de lo que piensa y desea el pueblo, y el pueblo se entera de lo que el parlamento y el gobierno pretenden hacer y están haciendo. Por último, los medios de comunicación ejercen una función de control sobre los que detentan el poder difundiendo información que éstos hubieran querido mantener en secreto y adoptando una postura crítica ante dicha información. Debido a esta función de control, los medios de comunicación también reciben el nombre de «perros guardianes» de la democracia o «cuarto poder».
Un segundo punto de partida para la selección y el tratamiento de la información en los medios de comunicación es el beneficio personal del lector, oyente o espectador individual. La oferta de «ser
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Afrontar la verdad
El concepto de opinión pública es muy polifacético. A menudo se equipara con la opinión publicada, es decir, con el contenido y las opiniones de los medios de comunicación de masas. Otros entienden la opinión pública como la suma de las opiniones individuales de los ciudadanos, determinadas, por ejemplo, mediante encuestas. Otros limitan la opinión pública a la que se forma en subpúblicos individuales, por ejemplo entre las élites políticas. Una cuarta postura señala que se trata de una construcción y un instrumento retórico: la opinión pública a veces sólo surge en el intento de medirla » por ejemplo, cuando la gente adopta en una encuesta una postura sobre algo en lo que no había pensado antes, o se ve influida por la forma de la pregunta que se hace a la gente. En quinto lugar, la opinión pública también puede entenderse como una opinión predominante a la que las personas deben ajustarse si no quieren aislarse. Así, el modelo de la espiral del silencio parte de la base de que las personas están menos dispuestas a hablar públicamente si se sienten en minoría.
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El genio ha salido de la botella
Sin embargo, los medios de comunicación de masas participan en el proceso de formación de la opinión pública no sólo como «medio» en el sentido de medio de transporte. Como ya dijo el Tribunal Constitucional Federal en 1961, son también un «factor» en la formación de la opinión pública, en la que participan activamente, con sus propias posiciones políticas e intereses económicos. Esto no sólo ocurre a través de reportajes y comentarios en los periódicos o un telediario en la televisión. Las series de televisión o los largometrajes también transmiten mensajes políticos y participan así en la formación o el cambio de la opinión pública. En Alemania, por ejemplo, la serie de televisión de ARD «Lindenstraße» es conocida por haber abordado y tratado en repetidas ocasiones temas tabú sociales como el tratamiento de los infectados por el VIH.
Quiero compartirles la nota con el gran periodista y maestro Alberto Amorosino, con quien tengo el gran honor de ser entrevistada en varias oportunidades por el Canal 22 web y trabajar junto al maximo perioduista Santiago Cuneo. Todas mis felicitaciones por haber recibido los dos Matin Fierros y realmente bien merecidos.
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