¿Es normal querer tener sexo todos los días?
Karin Silvina Hiebaum – International Press
No hay una frecuencia considerada como ‘normal’ a la hora de practicar sexo, pero si eres de los que lo tiene a diario, debes saber algunas cosas
Practicar sexo todos los días no es nada malo. Tampoco lo es pensar en querer tener relaciones sexuales a diario. Aunque siempre se dice que debe primar la calidad antes que la calidad, todo depende de tu grado de apetencia sexual y de si tu pareja, en el caso de que la tengas, está de acuerdo contigo en mantener relaciones íntimas cada día.
Además, la frecuencia en las relaciones no afecta a la potencia o al vigor sexual que un individuo pueda tener. Pero, ¿cuál es la frecuencia ‘normal’?
Tener sexo de manera frecuente en una pareja es algo importante y sano para el buen funcionamiento de la misma, ya que ambos se sentirán satisfechos. Por supuesto, las relaciones siempre deben ser consentidas por ambos miembros y si es así, no hay una frecuencia establecida por los expertos que sea mejor que otra. Como en todo en el mundo de las parejas, depende. Si ambos disfrutan teniendo relaciones a diario, será algo muy satisfactorio para los dos.
Cuando una relación está en sus primeros meses, lo más habitual es que haya una frecuencia sexual de una o dos veces por día, una cifra que baja a las tres veces por semana en parejas más consolidadas. Según un estudio publicado en Archives of Sexual Behavior, el adulto promedio (en pareja) tiene 54 relaciones sexuales al año, una vez por semana de media. Pero cada relación es única, con sus rutinas, sus horarios y sus circunstancias, por lo que dar un número como algo normal, no es posible.
Todo depende del deseo sexual de los miembros y de lo que ‘necesiten’ en cada momento. Los sexólogos recomiendan que nos centremos más en la calidad que en las veces que practicamos sexo. Lo que importa es el grado de satisfacción en los encuentros. Eso sí, debes tener en cuenta que practicar sexo todos los días lejos de ser algo malo, es bueno, muy bueno para la salud. Sí, como lo estás leyendo. Es una buena ‘terapia’ para aliviar el estrés y las tensiones diarias, y hasta puede hacernos adelgazar.
¿Cuáles son los beneficios de hacerlo día sí, día también? Pues muchos:y
– Te sentirás más joven. Durante las relaciones sexuales se produce estrógeno, una hormona que entre otras cosas ayuda a que mejore nuestra piel y se suavicen las arrugas. Según un estudio del Royal Hospital de Edimburgo, las personas que tienen una vida sexual más activa parecen hasta siete años más jóvenes. Además, según esta investigación llevada a cabo durante una década, los efectos antienvejecimiento del sexo son mayores si se practica con una pareja a la que se ama.
Y no es solo que tu piel mejore, es que también lo hará tu autoestima, al sentirte más atractivo (incrementa el número de feromonas que emite nuestro organismo a los demás), con mayor energía y mucho más positivo.
– Refuerza tu sistema inmunológico. Tener un orgasmo al día hace que las probabilidades de morir por una causa médica disminuyan un 50 por ciento. Mejora los niveles de anticuerpos de inmunoglobulina y el sistema inmunológico se hace más fuerte, por lo que nos protege de virus como la gripe.
– Menor riesgo de sufrir cáncer de próstata. En el caso de los varones, tener sexo frecuente o a diario hace que se limpie la próstata de toxinas y esto disminuye las probabilidades de padecer un cáncer en un futuro. El sexo regular puede evitar además problemas cardiovasculares ya que reduce el estrés y disminuye la presión arterial.
– En plena forma. Aunque parezca una leyenda urbana, no lo es: practicar sexo adelgaza. Si practicas sexo durante media hora puedes llegar a quemar unas cien calorías, por lo que si lo haces a diario, es un extra ideal para complementar un estilo de vida saludable con una buena alimentación y ejercicio varias veces a la semana. Además, con el sexo se ejercita el suelo pélvico, algo que mejora las relaciones y evita problemas como la incontinencia urinaria.
– Adiós al dolor de cabeza. El sexo tiene un efecto analgésico, ya que justo antes de llegar al orgasmo se genera en nuestro cerebro una sustancia llamada oxitocina, que hace que nuestros dolores se marchen. Esa sustancia ayuda también a relajarnos y por lo tanto a conciliar mejor el sueño y dormir mejor.
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