Pocas veces somos conscientes de la importancia que tiene sentir esperanza en nuestra vida
Por Karin Silvina Hiebaum
La esperanza es la confianza en que las cosas mejorarán y cambiarán, en que encontraremos la solución, la salida y el camino en que podremos superarlo, resolverlo, lograrlo aun cuando en el momento no podamos hacerlo. La esperanza es esa fuerza interior que nos sostiene cuando sentimos temor, duda o inseguridad, frente a lo que pueda pasar y que nos fortalece e impulsa a seguir adelante, a enfrentar y a resolverlo. También, es una fuerza que nos mueve a continuar haciendo la diferencia, el trabajo, o el esfuerzo necesario para resolver o transformar la situación que enfrentamos, con la confianza de que podremos hacerlo.
Las personas que tienen esperanza son más confiadas, optimistas, experimentan la serenidad y el bienestar. Y es que es natural sentirnos afectados por las dificultades, por lo inesperado y por la incertidumbre, pero recordemos que la vida continua y que en algún momento tendremos que impulsarnos en el fondo de la situación donde nos encontramos, para volver a retomar el control de la situación y de nuestra vida, fortalecidos por la dificultad.
Evitemos quedar atrapados en la ansiedad y el temor que nos produce la incertidumbre ante el futuro, cuando suponemos negativamente lo nos puede llegar a suceder. Usemos la memoria para ir en busca de las experiencias positivas y reconfortantes en las que logramos o conseguimos lo que buscamos, apoyémonos en esos pensamientos y sentimientos para potenciar la confianza en nosotros mismos y en la divinidad para mantener viva la esperanza.
Herramientas para sentir esperanza:
Reconocer las fortalezas: Hay personas que solo tienen en presente sus limitaciones, y esto los hace sentir inseguros e incapaces de afrontar la dificultad o lo inesperado, porque les resulta difícil, reconocer y usar sus fortalezas para ganar autoestima, confianza y determinación de actuar. De aquí, la importancia de hacer un inventario personal a través de la práctica de la mirada interior, con gentileza, respeto y atención, para que podamos reconocerlas en nosotros y así, ganar la confianza y la fortaleza que necesitamos para persistir y seguir adelante.
Estar dispuestos a pedir apoyo: Busca la compañía y el apoyo de una persona que haya superado exitosamente una vivencia similar a la tuya, que pueda compartir contigo su visión de la vida y las herramientas que uso para superarla. Busca la orientación de un buen profesional de la conducta, que pueda darte las herramientas o la guía que necesitas para superar tus limitaciones y salir adelante. Contar con un espacio social positivo, hará que nos sintamos inspirados, acompañados y esperanzados.
Buscarle el lado positivo a la situación: A pesar de lo inesperada, difícil o injusta que te pueda parecer la situación, no te dejes abatir por ella, no pierdas de vista todos los elementos positivos aunque sean pequeños, que pueden estar presentes en esta situación, para que te sea posible afrontarla y manejarla.
Mantenerse en el presente: Cada vez que tu mente te lleve a recordar el pasado o te lleve a preocuparte por el futuro, sacude tu cabeza ligeramente y coloca tu atención en los detalles del momento presente. Trae tus pensamientos de nuevo al aquí y ahora, mantente enfocado en cada cosa que haces, de esta manera evitaras que la mente te lleve a imaginar el futuro negativamente.
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