Por qué me abrí de la política
La decisión de dar un paso atrás en mi involucramiento político ha sido una de las más significativas de mi vida. Durante años, me sumergí en un mundo que creía que era la respuesta a mis inquietudes y ansiedades. La política me ofrecía un sentido de propósito, una forma de conectar con mi país y de intentar generar un cambio. Sin embargo, con el tiempo, me di cuenta de que esa lucha constante estaba drenando mi energía y afectando mi bienestar emocional.
Al reflexionar sobre esta experiencia, me doy cuenta de que muchas veces nos aferramos a ideas o caminos que creemos que son los únicos válidos. La política, con su intensidad y su carga emocional, puede convertirse en un refugio, pero también en una trampa. Me encontré atrapado en un ciclo de frustración, donde el deseo de cambiar el mundo se transformó en una lucha interna que me alejaba de mí misma.
La decisión de reevaluar mis prioridades fue liberadora. Al centrarme en mi salud mental y en actividades que realmente me llenan, como la escritura y el arte, he comenzado a redescubrirme. Estas prácticas no solo me proporcionan un espacio para la autoexpresión, sino que también me permiten reconectar con mis pasiones y mis valores. He aprendido que el cambio no siempre tiene que ser a gran escala; a veces, el cambio más significativo ocurre en el ámbito personal.
Buscar apoyo en mi círculo cercano ha sido fundamental. Compartir mis pensamientos y sentimientos con amigos y familiares me ha recordado que no estoy solo en este viaje. La conexión humana es un poderoso recordatorio de que todos enfrentamos luchas y que, a menudo, la verdadera fortaleza radica en ser vulnerables y abiertos.
Al explorar nuevas formas de contribuir a mi comunidad, he comenzado a ver que hay muchas maneras de hacer una diferencia sin perderme en la lucha constante. La educación y el voluntariado son caminos que me permiten impactar positivamente en la vida de otros, al mismo tiempo que cuido de mi propia salud mental.
Esta reflexión me ha enseñado que la vida es un viaje lleno de decisiones y aprendizajes. Aceptar que no puedo cambiar a todos, pero sí puedo cambiar mi enfoque, es un paso crucial hacia una vida más equilibrada y significativa. Estoy listo para explorar nuevas rutas, no solo en el ámbito externo, sino también en mi interior. Cada día es una oportunidad para crecer, aprender y encontrar nuevas formas de ser un agente de cambio, tanto para mí como para los demás.
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