La Claustrofobia
Por Lic. Jorge Daniel Giacobbe – Director de Giacobbe & Asociados @JorgeGiacobbe
La imagen de Alberto Fernández, durante estos quince días, ha variado en sentido contrario al último informe, pero nuevamente dentro de cambios pequeños. Cayó la positiva dos puntos y subió la negativa apenas unas centésimas.
Lo mismo para Cristina Kirchner y Axel Kicillof por el oficialismo, y para Horacio Rodríguez Larreta y Mauricio Macri por la oposición. Seguimos en condiciones de sostener que se encuentran momentáneamente estables, al igual que las valoraciones sobre sus gestiones respecto del Covidl9.
El temor frente al virus, que suma setenta por ciento entre aquellos que demuestran «Mucho» o «Algo», también estable, al igual que la aprobación de la cuarentena que oscila en el treinta.
Con el clima electoral (genérico) sucede lo mismo. Cerca del treinta y dos por ciento apoya al Frente de Todos, mientras que más del cincuenta quiere que pierda.
Las posiciones parecen estar sólidas y los públicos atrincherados. Pese a los problemas que tiene el gobierno nacional, ya no se mueve el amperímetro. Esos
traspiés tampoco los capitaliza la principal oposición. Veremos cuánto dura esta relativa y angustiada calma.
LA COYUNTURA EN RETROSPECTIVA
En cuanto a lo económico, la preocupación de los disgustados con el gobierno y la esperanza romántica de los adherentes, se hace patente al analizar las expectativas respecto de una posible devaluación.
Tan solo el 12.8% cree que no existe tal escenario. Entre quienes creen que habrá una pequeña o una mediana devaluación suman 18.2%. Luego, más de la mitad de los encuestados (53.2%) creen que el futuro contiene una gran depreciación de la moneda nacional. Desde luego que entre quienes se autodefinen kirchneristas el escenario tiende a ser negado, y en menor medida, entre los peronistas también.
El 62% cree además que la economía tardará más de 4 años en volver a crecer. En enero de 2020, antes de la pandemia, resultaba 58% la misma creencia. Es decir que la desesperanza está intacta.
Loque efectivamente cambió severamente desde principios de año es la idea de «quién tiene la responsabilidad» o de la «pesada herencia». En enero, casi el 25% pensaba que la mayor responsabilidad de la situación económica actual la tenía el actual gobierno de Alberto Fernández. En agosto ese número se había convertido ya en 40% y hoy se mantiene en 37%.
En sentido opuesto, en enero el 38% pensaba que la responsabilidad era del gobierno de Mauricio Macri, en agosto había bajado al 29% y allí se mantiene. Es decir, que la estrategia que a Macri le sirvió solo dos años, a Alberto Fernández le duró mucho menos.
La mayor parte de la sociedad cree ahora que el gobierno miente respecto de la cantidad de muertos por Coronavirus. En junio resultaba ser 35.4% y ahora ascendió a 55.9%. Incluso, el veinte por ciento de los kirchneristas, y el treinta y tres por ciento de los peronistas, también lo cree así.
Por otro lado, la sociedad está torciendo su opinión respecto de estar (o no) más allá del pico de casos. En abril tan solo el 8% consideraba que «lo peor había pasado», mientras que ese número creció a 24%. En aquel entonces casi el 59% pensaba que «lo peor estaba por venir», y ahora se redujo a 38.2%. Hay que señalar que crece la cantidad de gente en situación de incertidumbre que «no sabe» qué opinar, pasando del 32% al 37.6%.
Esta calma tensa y conflictuada, sumergidos todos en un clima económico, político y social donde las salidas parecen inexistentes o nebulosas, aparece como una situación de claustrofobia.
El gobierno de Alberto Fernández exhibe un desgaste similar al de haber gobernado tres años, cuando en verdad es ese el tiempo que le queda por delante. Arranca otro noviembre donde los argentinos, como los perros de Pavlov, comenzamos a segregar saliva respecto de nuestros diciembres con liberaciones de angustia.
Veremos cuan aplomada está la sociedad argentina este año a la hora del balance anual, y cuan hábil es el gobierno para entender el estado de la demanda, y ser consecuente con ella.
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