No todo es comunicación
Por Lic. Jorge Daniel Giacobbe – Director de Giacobbe & Asociados – @JorgeGiacobbe
El año de la pandemia empieza a cerrar su ciclo dejando a los principales políticos con cierto nivel de estabilidad en sus imágenes. La sociedad argentina vivió una montaña rusa de sensaciones hasta aproximadamente octubre, cuando ya todo se congeló en los números aproximados que registramos en esta medición.
Rodríguez Larreta lidera las imágenes con 37% de positiva, y muy baja negativa (27%). Le sigue Alberto Fernández con 30% y 52%, acompañado por una Cristina 60%. Axel Kicillof conserva todavía 22% y 56%, y el expresidente Mauricio Macri, 21% y 50%.
El reto para el 2021 será, para oficialismo y oposición, generar dirigencia de recambio con prestigio para disputar elecciones, o proponerle a la sociedad otro combate entre Frankenstein y el Hombre Lobo.
LOS PISOS DEL GOBIERNO Y LA OPOSICIÓN VISTOS POR IMÁGENES
Las imágenes del actual presidente y la vicepresidenta se parecen cada vez más, y en buena medida coinciden estadísticamente cuando cruzamos los datos. El 24% de la población argentina tiene buena imagen de ambos. A esto podemos sumarle un 3% que tiene positiva de Alberto y regular de Cristina, y también un 4% que tiene positiva de ella y regular de él. Finalmente, podemos sumarle un 2% que tiene positiva de Alberto y negativa de Cristina, y otro 1% que no contesta respecto de la última. Estamos entonces en una base de 34% de opinión pública que se mantiene adherida al oficialismo.
En la esquina contraria del ring, existe un 51% que tiene imagen negativa de ambos. Le podemos sumar 6% de quienes tienen negativa de ella y regular de él, otro 1% que tiene negativa de él y regular de ella, y otro 1% que cruza negativas con desconocimiento. La oposición a la dupla gobernante, en sentido amplio y sin saber qué votarán, podemos estimarla en 59%.
EL CONTEXTO
Mientras tanto, sigue estando por encima del setenta por ciento la cantidad de gente que tiene mucho o algo de temor al Covid19, aunque registramos cierta merma en el valor “mucho” depositándose en “algo”. Sigue siendo un tema importante para los argentinos, aunque no aguantemos más la cuarentena.
La variable “quiero que el gobierno gane/pierda” las elecciones nos muestra algo parecido al cruce de imágenes descripto. Un 30% seguro para el Frente de Todos a nivel nacional, al cual hay que sumarle algunos puntos del 19% que “le da lo mismo”. En frente, un 50% claramente opositor, al cual habrá que sumarle la parte restante de los apáticos.
Luego de la decisión de la justicia de revocar el procesamiento del periodista Daniel Santoro, el 31.5% de los argentinos cree que el gobierno deja trabajara todo el sector con libertad. Este número está sustentado claramente por quienes se definen peronistas y kirchneristas. Pero el 49% de los argentinos, básicamente el resto de las pertenencias ideológicas y los independientes, cree que obstaculizan a los periodistas opositores.
En comparación con el 2020, y cercano a la posición esperanzadora que ejerce el gobierno, el 28.9% cree que el 2021 será mejor. Sin embargo, el 47.6% cree exactamente lo contrario. Sin embargo, al preguntar por ciertas variables económicas y sociales en particular, podemos ver cierto nivel de incoherencia en ese público oficialista y entusiasta.
Porque baja a 20.5% la cantidad que cree que en el 2021 habrá más trabajo, porque baja a 10.8% la cantidad que cree que habrá menos inflación, y porque baja también a 13.1% la cantidad que cree que habrá menos pobres. ¿Cómo compone aquél 28.9% su esperanza de un año mejor? Es un verdadero misterio que no parece sustentarse en argumentos racionales, sino puramente emocionales.
CORRUPCIÓN
Si solo el 18.9% de los encuestados cree que Amado Boudou no era testaferro de los Kirchner, y si tan solo el 15% cree que Alberto debería indultar a Cristina y sus hijos, entonces queda claro que ni ellos mismos creen sus propios argumentos. Es evidente entonces que existen niveles de adhesión social a los políticos aún a sabiendas de las manchas que tiene el tigre.
Mientras el gobierno piensa una estrategia para relanzar el gabinete, veremos si logra estimular nuevamente a una parte de la población. Hay que tener cuidado. Si esa estrategia es únicamente comunicacional, durará poco, pues los argentinos finalmente se enfadan con la falta de gestión.
Es absolutamente tramposa la idea de que todos los problemas tienen que ver con la comunicación, aunque lo piensen así todos los gobiernos. Los anteriores también. Hay que solucionar problemas reales.
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