¿Los pueblos son o se hacen?. Realmente ¿Qué cosa es el poder?
La verdad que uno de las incógnitas más grandes que presenta la humanidad desde su misma creación, debe ser el poder.
Cuántas veces ante las realidades del mundo nos preguntamos desde el llano, ¿Qué realmente será el poder?
Qué significa tener poder, poder en todos sus expresiones. Pero básicamente el poder en serio, el de los hombres sobre los hombres?
Claro uno lo mira desde lejos, con sus propias realidades y pareciera que es una forma más y simple de vivir, pero cuando se acerca con la incógnita y empieza a hurgar para realmente conocer lo que hay bajo la cáscara humanista, altruista, de servicio con que se visten los del poder, hay otra cosa y allá es donde trastabillan todas las teorías armadas desde este lado de enfrente al poder.
Ambiciones, traiciones, descontrol, elucubraciones macabras y hasta planes definidos y orquestados para buscar no solo el poder, sino además más poder y más y más casi con la insaciable voracidad de los monstruos mitológicos, aquellos que lanzaban fuego por la boca, hoy convertidos en palabras, mentiras, seducciones no santas y tantos artilugios como la misma imaginación del hombre puesta al servicio del poder pueda imaginar.
Y ante esto los pueblo que otorgan, se subyugan y entregan a ese poder casi como si fueran parte de él y además fuera propio, aquello de la mimetización con el líder, las identidades manipuladas, las democracias convertidas en tiranías con la complacencia del pueblo, la conversión de la gente desde la manipulación hasta de sus mismas ideas y conciencia y el final casi cantado de la indignación, el menosprecio por la dignidad propias y colectiva que lleva a condiciones casi de sumisión tal que alguna vez alguien definió como “peor que los esclavos”, sin fuerza de rebelión, de dormir sus sueños de libertad y con el facilismo de la pobreza asegurada como meta final.
Modificar pueblos, cambiar sus mentes, sus ansias y sus dignidades en nada, no es cosa fácil ni de un día para otro, es trabajo de años y de esquemas casi libreteados y donde cada minuto habrá algo que haga que uno sin darse cuenta siga caminos errados y a favor de otros.
Tiempo atrás encontré sin buscarlo y eso me dio más interés aún, una carta que en la Fidel Castro el líder cubano enviaba a su colega Hugo Chávez, donde aleccionaba al hoy desaparecido dictador venezolano de como debía sistemáticamente horadar la democracia de su pueblo, mi encuentro con esta carta casi premonitoria, fue 48 horas antes de que Chávez dejara sin voz a una veintena de radios venezolanas y amenace a otros 200 medios de comunicación y el atentando del propio gobierno contra la cadena Globovisión en Caracas.
La parte medular de la misiva cubana al venezolano rezaba textualmente “, los pobres son mayoría y tienen poca memoria, inyéctales desesperanza y acusa al pasado, a la democracia de todos los males, mantente en línea permanente con tu pueblo, identifícate con ellos, tu verbo es simple, eso les llega muy bien pues tiene la salsa que hace falta, emociónalos, tómalos en cuenta, aprende a manejar la IGNORANCIA, el verbo debe ser encendido, de autoridad y poder. Incluye banderas y a Simón Bolívar cuando puedas, genera un nuevo nacionalismo, despierta el odio, divide a los venezolanos, esa etapa te da buenos dividendos, se eliminarán unos a otros, la violencia te ayudara también a instalarte más tarde a la fuerza, mientras tanto háblales de democracia y de constitución.
Los que se opongan siémbrales delitos, eso los descalifica para siempre. Por todos los medios mantén mayoría en la asamblea, mantén a tu lado como mínimo a la fiscalía y al tribunal.
Compra a todos los militares con ropa y equipo, todos lo que tengan comandos ponlos donde hay bastante dinero, CORROMPELOS para lograr fidelidad, a unos de ellos ponlos en la petrolera para que logres el control militar, si tienes dudas de algunos ponlos a prueba, por ejemplo con un golpe simulado, ahí salen todos los traidores y todos los fieles. Es necesario controlar los medios de producción del estado.
Forma comités de defensa de la revolución, llámalos bolivarianos, haz trabajo comunitario con ellos para que se sientan agradecidos, págales para que sigan los lineamientos, marchas, concentraciones. De los comités selecciona los más agresivos para una fuerza de choque armada que puedas necesitar si la cosa se pone difícil.
Controla la policía, destrúyela, ponla a tu disposición, tienes que profundizar la misión de revolución, debes mencionar mucho la palabra revolución, eso emociona a los pobres.
Ataca a los empresarios, acúsalos de hambreadores, fascistas y particularmente acúsalos de golpistas.
Hazte el débil, la mente del hombre siempre se ubica en el más débil y en la justicia, Si no puedes comprarlos cierra los medios de comunicación radial, impresos y las televisoras. Tu empresa de petróleo es la que produce el dinero del proyecto, crea una junta directiva revolucionaria, saca a los técnicos y acaba con esa llamada meritocracia. Si logras eso ya puedes violar la constitución porque nadie te lo va a impedir”.
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