Año nuevo chino: adiós a la “rata”, bienvenido “buey”
¡Feliz 4.718, año nuevo chino!, o mejor dicho: ¡hasta nunca 4.717!
Lo que el 2020 occidental, en la cuenta milenaria del “Gigante asiático” el año que pasó dejará su recuerdo de Pandemia para iniciar una etapa de esperanza; pasando del año de la Rata, al del Buey, según la nomenclatura china.
No se trata solo de una mención metafórica ya que fue en China en donde se originó – según todas las fuentes científicas – el Covid -19 o Coronavirus que causó estragos en la población mundial y puso al planeta en una suerte de etapa de oscuridad. Así, la rata asociada con todas las pestes, deja su pasó al buey, ese laborioso y paciente animal que nos trasmite la idea de sacrificio y trabajo, siempre esperanzador.
Hace un año atrás, declarada la “ola de contagios” China suspendió los festejos de estas tradicionales celebraciones que se inician con el solsticio de primavera y finalizarán en dos semanas con el “Festival de las Flores”.
El calendario oriental marca que este “año nuevo lunar” se inicia hoy (para occidente viernes 12 de febrero) y culminará el 31 de enero del 2022.
Celebraciones ancestrales
Puntualmente, la celebración en curso, tiene lugar el primer día del calendario lunar chino, que se ubica en una de las fechas de la segunda luna nueva previa a la fase lunar del equinoccio de primavera.
De acurdo a la tradición orienta, habría sido en el año 2697 a. C., cuando se introdujo el concepto de año lunar, con el calendario de cinco ciclos de doce años regidos por 12 animales distintivos: Rata, Toro, Tigre, Liebre, Dragón, Serpiente, Caballo, Oveja, Mono, Gallo, Perro y Cerdo. El año chino ordinario consta de 12 meses lunares, cuya duración oscila entre 353 y 355 días. Cada tres años se intercala un año con un mes más, resultando un año entre 383 y 385 días; este año de trece meses se llama año embolismal.
La misma tradición establece que el término Nian («año») apareció por primera vez en la dinastía Zhou (1046-256 a.C).
Los festejos que inicialmente incluían sacrificios de animales destinados a ser beneficiados o protegidos por dioses y antepasados, y en la actualidad se desarrollan durante 15 días de coloridas fiestas callejeras. De este modo, los frentes de las viviendas se llenan de guirnaldas de flores, y las calles son atravesadas por faroles y linternas donde predomina el color “rojo de la buena suerte”.
Otro clásico, con los fuegos artificiales – por ellos inventados – que llevan luz y color a las noches cálidas de esa parte del planeta.
La celebración no sería completa sin las cenas familiares y el intercambio de regalos, o simplemente de dinero.
Pandemia y festejos
Los festivales que se inician hoy son la época en la que los chinos más viajan por el país para participar de eventos multitudinarios, pero en el contexto de la pandemia del Covid- 19, el gobierno ya ha anunciado restricciones.
Las últimas cifras oficiales, marcarían un escenario controlado – registrando solo 600 casos activos en toda China Continental- pero las autoridades avisaron a la población que deberán permanecer en sus regiones para minimizar contagios.
El Gobierno de Xi Jinping tiene temor a un rebrote del virus que obligue a nuevas medidas de aislamiento, por lo que, aunque no cancelará los festivales, pondrá límites.
Según reportó la cadena BBC, “con el retorno a la normalidad en vastas áreas del país se espera que la cantidad de viajes aumente a 1.700 millones. En preparación para este movimiento, Pekín anunció planes para vacunar a 50 millones de personas, el 3,5% de la población, antes de que los desplazamientos se intensifiquen”, indicaron desde la cadena inglesa.
Un dato a tener en cuenta que el inicio de los contagios en masa del año pasado, coincidieron con los festivales de año nuevo, con lo cual el gobierno chino ha tomado nota y se optó por prevenir.
Tradición y creencias
Este ciclo iniciado se identificará con el “Año del buey de metal”, el segundo signo del tradicional horóscopo, dejando atrás el penoso “Año de la Rata de metal”.
La creencia popular (horóscopo chino) establece que existe una relación entre las características que tendrá el año con el animal asignado, pero también con quienes nacen bajo este “signo”.
La idea es que las personas adquieren o incorporan las características del animal designado por el horóscopo durante su año de nacimiento.
En nuestro país, la mayor referente de esta ancestral cultura es la investigadora y astróloga Ludovica Squirru, considerada además una de las autoras más serias a la hora de describir cada ciclo anual. Se trata puntualmente de descripciones o de interpretaciones que difieren de las “adivinaciones o predicciones” con las que se aborda habitualmente el zodiaco occidenta. Ludovica dio recientemente una entrevista al diario Clarín (el matutino de mayor tirada en la Argentina) y describió: “el 12 de febrero de 2021 llega el año del Búfalo, el animal venerado en China desde la revolución de Mao, en el año 1949. Hasta esa fecha, el planeta seguirá encauzando el gong que produjo su amiga, socia, cómplice, aliada, la rata de metal. Este signo, el búfalo, es considerado en China el que representa el orden, la disciplina, el esfuerzo, el trabajo y los cambios sistémicos que tendremos que atravesar”, explicó.
0 Comentarios