El impacto ambiental con el 5G se va a dar principalmente por el aumento del consumo energético
Aunque las redes 5G son hasta un 90% más eficientes que sus predecesoras 4G, requieren mucha más energía debido a la mayor densidad de red, a la alta dependencia en sistemas de TI, al mayor uso de la red y al acelerado crecimiento del tráfico.
Además, supone nuevos desafíos para los operadores de telecomunicaciones. Más evidente resulta el hecho de que los servidores de TI están diseñados para operar en un rango de temperatura. Las tradicionales implementaciones remotas de telecomunicaciones no se construyeron con este estricto control ambiental en mente, pero la red 5G está cambiando el perfil térmico de la red y serán mucho más densas que las redes 3G y 4G existentes para cumplir con la doble promesa de mayor ancho de banda y menor latencia.
Para Daniel de Vinatea, director Sales Operations and Delivery & Execution de Vertiv, el impacto ambiental con el 5G, se va a dar principalmente por el aumento del consumo energético. Más del 25% de los operadores de telecomunicaciones dijeron que esperaban que el consumo de potencia de energía se de producto de la implementación de las redes 5G. Podríamos decir también como impacto ambiental el tema de tener más antenas a lo largo de la ciudad, pero, por otro lado, el avance tecnológico no se puede parar. La clave está en cómo se hace para que cause el menor impacto posible.
Según el informe difundido por la Fundación para el Desarrollo Eléctrico (Fundelec), en Argentina la demanda de energía eléctrica alcanzó en febrero los 10.562,1 gigavatios/hora (GWh), con un incremento interanual del 4,7%, completándose de esa manera once meses consecutivos de crecimiento, lo que implica un desafío importante a la hora de implementar las redes 5G.
¿Cómo se puede implementar una red 5G más eficiente energéticamente?
“Primero, incorporando los equipamientos que tengan una mejor eficiencia. Hablamos principalmente de una antena de transmisión de una red 5G, los aparatos, específicamente de telecomunicaciones. Conseguir que el fabricante otorgue a nivel de componentes, que sean de bajo consumo. Es decir, que la cantidad de transmisión de datos que vaya a dar, lo dé como se necesita, con la velocidad que se necesita, pero con un menor consumo de potencia”, explica Daniel de Vinatea.
“A su vez, si vamos hacia cómo se conecta la red, tenemos que ver como los rectificadores, que son los elementos que dan la energía, también sean de alta eficiencia, para que la cadena, desde que un watt, que es una unidad de energía, lo tomamos de una red eléctrica del proveedor hasta que llega a ser procesado y utilizado en el proceso de telecomunicaciones, ese watt queda casi igual, tenga una pérdida muy pequeña, de un 3%, para que el impacto sea menor. A medida que vamos agregando hacia la red, el consumo energético se hace mayor porque hay mayor concentración y procesamiento de datos” concluye Daniel.
Estos equipamientos consumen mucha energía. Lo que se hace en el diseño de estas redes es que tengan componentes de, por ejemplo, Freecooling, que significa tomar elementos del medio ambiente, no solo la energía para enfriamiento, sino también el aire frío, la humedad, entre otros, para poder bajar la incidencia del consumo energético.
Otro punto para considerar es la transición de baterías de plomo a baterías de litio; esto puede tener un efecto positivo en el consumo energético y el costo del sitio, ya que el uso de batería de iones de litio puede reducir la capacidad del aire acondicionado o eliminarla.
Es una gran oportunidad abordar el tema de la eficiencia energética previo a la implementación de la 5G, es decir en la etapa de diseño de la red.
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