Amo mi libertad, por eso dejo libres a las personas que quiero
Karin Silvina Hiebaum – Prensa internacional
En muchas ocasiones nos aferramos a alguien que amamos con la ilusión de que no dejará de amarnos, de que no se irá de nuestro lado, sin darnos cuenta de que es necesario dar libertad para construir un amor sano y equilibrado.
El hecho de que alguien no nos ame afecta a nuestro ego. Por eso, es importante aprender a gestionar nuestras emociones y querernos a nosotros mismos antes de querer a otra persona.
Si no te quieren, no pidas ni hagas genuflexiones. El amor no se suplica ni se exige, sucede. Y cuando no sucede, te retiras con dignidad y pasas a otra cosa».
-Walter Riso-
El vínculo afectivo
A veces nos cuesta aceptar que una persona se vaya de nuestro lado. Una de las razones por las que nos cuesta dejar marchar a alguien y respetar su libertad es el apego afectivo.
El apego afectivo es un apego mental y emocional, generalmente obsesivo, a determinadas personas que surge de la creencia irracional de que este apego nos proporcionará placer, seguridad y autorrealización.
Como consecuencia de lo anterior, la persona en línea sentirá que sin la persona a la que está apegada no será feliz, no podrá alcanzar sus objetivos y no tendrá una vida normal. Lo primero que debemos hacer para superar el apego afectivo es ver si realmente dependemos de alguien o si, por el contrario, sentimos alguno de estos síntomas de apego:
Necesidad de estar cerca de la persona amada.
Ansiedad y malestar cuando no se está con la persona amada.
Alto nivel de posesividad, comportamiento controlador, etc. hacia la otra persona.
Dar prioridad a la persona amada por encima de las actividades que nos gustan o de otras personas con las que nos gusta estar.
Si analizas tu situación y ves que se dan los síntomas anteriores, es posible que te encuentres en una situación de apego afectivo.
¿Cómo puedes superar el apego afectivo y liberarte?
1 – Sé realista
La herramienta más poderosa contra el apego es: ser realista. Ver las cosas como son en relación con el amor, sin anestesia, sin engaños, sin filtros…. El amor siempre es un riesgo, pero es necesario ver la realidad.
Si no te admiran, no te quieren.
Si no te respetan, no te quieren.
Si estás con alguien con quien no te sientes bien, es porque no te quiere.
Si estás con una persona que compromete tus valores, es que no te quiere.
Ama tu libertad, ama tu soledad. Ama ser libre, disfruta de tu libertad.
Ama tu libertad, ama tu soledad. Ama ser libre, disfruta de tu libertad. Haz las paces contigo mismo. Quédate con tu soledad, aprende de ella, pruébala, ámala y ámate.
“El amor no reclama la posesión, pero da libertad”.
– Rabindranath Tagore –
3.- Busca el silencio
Apaga la televisión, el ordenador, el móvil y disfruta del silencio, de la incomunicación. Tu cerebro se relajará. Además, a través del silencio es cuando podemos encontrar el momento para contactar con nosotros mismos.
4.- Aprende a diferenciar enamoramiento y amor
En muchas ocasiones confundimos enamoramiento y amor, y no son lo mismo. El enamoramiento dura un tiempo determinado, es atracción, invade tu cuerpo y tu mente, no te deja pensar con claridad, no ves los defectos de la persona amada.
Mujer enamorada besando careta de un hombre
El enamoramiento tiene una serie de características fáciles de identificar:
Idealización de la otra persona. El enamoramiento hace que no vemos los defectos del otro y tendemos a pensar en esa persona como alguien perfecto.
Exclusividad y posesión. Quiero que sea sólo mía o mío.
Adicción al otro. Sentimos apego y deseo sexual por el otro.
Idea de permanencia. Cuando nos enamoramos nos convencemos de que ese sentimiento es único, irrepetible, eterno, que es una excepción.
Pensamientos obsesivos. Queremos controlar a la otra persona y no dejamos de pensar en ella.
El enamoramiento, es realmente, una obsesión incontrolada.
Pero el amor es algo mucho más complejo, un grupo de elementos que se tienen que dar siempre conjuntamente: el deseo, el sexo, la atracción (Eros), la amistad, el compartir (Philia) y la ternura y dulzura (Ágape).
Dejar a quien amas
A veces, debemos dejar ir a quien amamos y precisamente por esa razón, porque amamos a esa persona la dejaremos libre. De esta manera, debemos aprender a renunciar a una relación en tres casos:
Cuando ya no te aman.
Cuando tu realización como persona se ve afectada.
Cuando tus principios se ven vulnerados.
No te resistas al dolor, llora, habla, grita, no lo tapes, no lo escondas, vívelo. Hay un periodo de duelo por el que tendrás que pasar y aunque parezca que no va a terminar nunca, después de un tiempo, te preguntarás por qué te sentías tan mal por una persona que no merecía la pena.
Hay que dejar salir a determinadas personas de tu vida, para que entren otras. No hay medicamentos contra el dolor de una ruptura, hay que soportarla y resistir.
“Amo mi libertad, por eso dejo las cosas que amo libres. Si vuelven es porque las conquisté. Si no lo hacen es porque nunca las tuve.”
-John Lennon-
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