Los frentes internos de una oposición párvula
«Es muy importante el valor de mantener unida a la oposición. Es una responsabilidad que estamos llevando adelante. Hoy esa unidad está fuera de discusión incluso luego del resultado electoral del año pasado. Yo siempre voy a trabajar en eso y en la ampliación del espacio», afirmó ante el Coloquio de IDEA, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (CABA- Argentina) Horacio Rodríguez Larreta.
El funcionario nacido en el PRO, espacio fundado por el ex presidente Mauricio Macri es señalado hoy como uno de los «presidenciables» de la oposición, pero en el mismo arco político está el mismo ex mandatario y la exministro de Seguridad, Patricia Bullrich, que se presenta como el «ala dura».
Larreta habló ante el empresariado nacional y centró su discurso en un mensaje «anti-grieta» y aunque cuestionó medidas del gobierno nacional, apuntó a otros referentes de Juntos por el Cambio.
La presencia de Larreta en el prestigioso Foro, un día después que el Presidente Alberto Fernández tuvo una amplia repercusión, sobre todo en la misma semana en la que Macri volvió a salir a la palestra, dio varias entrevistas y recobró protagonismo. Bullrich habría sido centro de atención la semana anterior durante las protestas callejeras que desafiaron la «cuarentena» por la pandemia del Covid-19 con durísimas criticas al gobierno «kirchnerista».
Así las cosas, en la coalición opositora todo parece más centrado en quien será el candidato principal en el 2023, que en conformarse como una fuerza de contrapeso de aquí al año entrante en donde habrá legislativas. Estas claras diferencias internas le vienen al dedillo al oficialismo que y parece haber elegido a Larreta como némesis de Alberto Fernández.
No parece ser la estrategia o el camino elegido por Juntos por el Cambio la mejor manera de presentarse ante la sociedad en estos momentos de incertidumbre. Todo lo contrario. Incuso parece de una enorme ingenuidad mostrar las «grietas» internas tan abiertamente, cuando la sociedad espera una oposición más sólida y madura.
Vale mencionar que en la última reunión «virtual» de la coalición, Rodríguez Larreta y su aparente aliada, María Eugenia Vidal se ausentaron sorpresivamente de un encuentro. Nadie dudo entonces leer este «faltazo» como una crítica a Macri, quien había convocado.
El otro frente interno de Cambiemos es el de la denominada «renovación generacional», que plante el fin de una etapa y propone la aparición de nuevos actores.
Claramente algunos sectores de Juntos por el Cambio enarbolan como discurso en su lucha interna por quedarse con el control de la coalición, amenaza con poner en peligro la unidad del interbloque que conduce el radical Luis Naidenoff, principal bancada de la oposición en el Senado.
Esta interna quedó expuesta hace una semana con las fuertes inconsistencias mostradas a la hora de votar un paquete de pliegos judiciales: mientras un pequeño grupo votó en contra, la gran mayoría terminó absteniéndose (varios de ellos cambiando su voto sobre la marcha) y los líderes de ambos espacios, Naidenoff (UCR) y Humberto Schiavoni (Misiones-Pro), estuvieron ausentes.
La «nueva generación», parece apuntar sus cañones a la supuesta tibieza de Naidenoff a la hora de representar la voz de la principal bancada opositora en la Cámara alta. «Yo dialogo, pero no quiero que me pasen por arriba» y «Cristina sigue manejando la Cámara como quiere» fueron algunas de las quejas que se escucharon en las últimas reuniones virtuales del interbloque.
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